martes, 23 de febrero de 2010

Los consanguíneos

Realmente el problema eran mis consanguíneas. La única que sabía de todos mis ataques de pánico era mi madre. Ni mi abuela ni mis tías y mucho menos mi tío, lo sabían. Digo, sabían que queríamos casarnos, se los había contado por navidad, pero de ahí a que ya tuviéramos todo, pues no. No se los dije porque tenía miedo de que agudizaran y empeoraran mis ataques de pánico, ya tenía suficiente conmigo misma.

La cita la hicimos el miércoles 3 y el jueves 4 fuimos a decirles. Se sorprendieron, se horrorizaron por la cercanía de la fecha y más porque era entre semana, pero al final se alegraron con y por nosotros.

En cuanto a los consanguíneos de mi novio, lo tomaron con mucha más calma. En defensa de mis propias consanguíneas, debo aclarar que soy hija única y que por muchos años también fui sobrina y nieta única, así que el evento era casi único. En cambio, los consanguíneos de mi novio son muchos, su hermana ya está casada y tiene niños y su hermano está planeando también casarse, así que es algo mucho más usual.

Un día más cerca del martes. Mezcla de emociones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario