El viernes solamente hice media hora porque fue día de ir a entregar animalillos y además aproveché para tomarme una bebida con tapioca y platicar con "mi persona".
El sábado de plano no hice nada, fue día de descanso total: desayuno tarde, ir por estambre, visitar a mi suegra y recibir a mi pequeña madre, todo acompañada de mi amado esposo. Alegría y felicidad.
El domingo fue día de caminar. Ni idea de cuánta distancia fue, pero acabamos cansados. Después de la comida fuimos a hacer la tercera compra más grande de mi vida. Pánico y terror. Pero la cara de mi marido cuando la usa y la ve y nota los poros de los actores, no tiene precio.
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