miércoles, 4 de enero de 2012

Los juegos del hambre

Empecé a interesarme por este libro cuando hubo varios datos suyos en la red porque la peli sale en marzo próximo. Así que lo busqué y empecé a leerlo con esa misma curiosidad que poco a poco se fue convirtiendo en emoción y al poco rato no pude dejar de leerlo y pasé del primero al segundo casi de inmediato. Debo confesar que la lectura tuvo algo de masoquismo, pues al tratarse de una historia donde 24 adolescentes salen a una arena a matarse entre ellos y sólo uno puede ser el vencedor, se me hacía un nudo en el estómago cada que mataban a alguno y no podía imaginarme a ninguno de los protagonistas muerto. Sin embargo, la trama va dando más giros que la "simple" historia que se presenta desde un principio y el final deja con un buen sabor de boca, a pesar de que, como hay una segunda y una tercera parte, se sabe que habrá más angustia después.



Me gusta que la narración sea en primera persona, que sea Katniss la que nos vaya narrando todo y vayamos descubriéndolo todo junto con ella, que sea tan fácil identificarse con ella pero también desesperarse por su forma de ser y a veces no entender por qué no reacciona como yo esperaría.

Obviamente están los dos chicos:

Gale, el compañero cazador, amigo de toda la vida, sobreviviente y confidente, tan fácil de imaginarse la vida de Katniss con él, hasta que llega la cosecha y ella se va la los juegos del hambre.

Peeta, a quien fui conociendo junto con Katniss, sospechando de él, desconfiando y al final dándome cuenta de que es el bueno, que como le dice el mentor: "Ni en diez vidas te lo merecerías".

El mentor Haymitch, decadente vencedor de hace 25 años, que hasta ahora no me explico cómo fue posible que sobreviviera, demuestra que es un buen mentor, pues los orilla a sacar lo mejor de cada uno y a confiar en sus capacidades.

Cinna, cómo me cayó bien el diseñador del vestuario, aunque al principio me dio tanto miedo como a Katniss lo del vestuario en llamas, luego se va ganando el cariño y la confianza.

La mamá, pobrecilla, viuda y con dos niñas, la odié cuando se deja caer en la depresión, pero la comprendí y luego me cayó mejor.

Prim, la hermanita a la que hay que proteger, sin mucho desarrollo del personaje, para mi gusto.

Sigo entonces con la lectura de la segunda parte, que el capítulo 19 casi me hace gritar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario