jueves, 6 de diciembre de 2012

Charlie St. Cloud

Los primeros minutos de la peli casi me hacen dejar de verla: no se me antojaba ver una historia de competencias en veleros. Pero me quedé y la seguí viendo y, aunque fue muy triste, valió la pena verla.
Es una historia triste con final feliz, acerca de dejar ir a los muertos y dejar la culpa a un lado, acerca de seguir las pasiones y los sueños, cursi pero linda. Las actuaciones estuvieron bien, especialmente el niño que hace de Sam, el hermanito muerto. La chava es una ilustre desconocida para mí y más o menos la libró, Zack Efron se va poco a poco deshaciendo de su papel de High School Musical, veremos si lo logra.

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