lunes, 10 de agosto de 2015

El inicio

Mi primer recuerdo de una clase de Educación Física es en la primera primaria donde estudié. No recuerdo si era primero o segundo año, de lo que me acuerdo es de que estábamos en el estacionamiento (no sé por qué no en el patio, adentro de la escuela) y a mí se me había olvidado el uniforme. Por esa razón me imaginaba a mí misma corriendo como si fuera Cheetara (sí, la de los Thundercats, la versión original, por supuesto) hasta mi casa para traer el uniforme. Tampoco es que me muriera de ganas de participar en la clase (aunque no me acuerdo cuál era la tortura de ese día) sino que era más bien el horror de no haber cumplido con lo que debía hacer. Para mí toda la vida ha sido mucho más importante lo que debo hacer, es decir, lo que los demás esperan de mí, que lo que quiero hacer, es decir, lo que hago por y para mí misma..

De esa primera primaria no recuerdo más clases, ¿será que las he bloqueado de tan horribles que eran? Es una posibilidad. Lo que sí recuerdo es que yo era una especie de rockstar: era de las aplicadas, los maestros me conocían, siempre salía en el cuadro de honor y recibía mi medalla al final de año. Cuando entré ya sabía leer, tenía facilidad con las Matemáticas, en general me gustaba mucho ir a las clases. Tenía dos mejores amigas con las que me llevaba muy bien. Recuerdo que una vez en segundo año la maestra Rosy nos preguntó qué queríamos ser de grandes y yo contesté de inmediato que doctora. Ella se puso muy contenta y me dijo: con lo inteligente que eres, vas a ser una muy buena doctora. No sé si ésa fue la primera vez que dije en voz alta lo que quería ser de grande, no sé de dónde saqué esa idea, pero a partir de ese día, siempre que me preguntaban, contestaba lo mismo y recibía la misma mirada de aprobación y algún comentario similar: con esa buena memoria, con esa inteligencia, etc. Lo que no sabían es que yo era lo que se conoce como "machetera": me aprendía de memoria, por ejemplo, las fechas de los eventos, los nombres de los personajes, las capitales de los estados, hacía el examen y en un par de días la mayor parte de la información se había ido. Creo que en lo único que me sentía realmente "inteligente" era leyendo en voz alta y haciendo operaciones matemáticas. Todo lo demás lo memorizaba  y punto.

Por eso la clase de Educación Física era especialmente difícil: no podía memorizar nada, no podía leer, ni hacer sumas o restas, nada de lo que me funcionaba con los maestros me funcionaba en esa clase. En la segunda primaria la situación sería un poco diferente.

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