jueves, 18 de mayo de 2017

No nos extrañará el sistema

Una historia contada de manera inusual, sumamente triste y agobiante. De todas maneras, vale mucho la pena leerla.

Lorenzo trabaja como acomodador en el metro de una Ciudad de México en el futuro, donde ya no existe la vida más que en la ciudad, se trata todo por medio de la curp y si no tienes trabajo, no tienes identidad. Por si eso fuera poco, la cantidad de habitantes ha rebasado en tan gran medida a la ciudad, que en un solo departamento viven 15 personas o 7 familias, se tiene derecho a minuto y medio de agua a la semana y a dormir en un colchón.

En medio de todo ese panorama tan depresivo, Lorenzo encontrará algunas personas amables: un viejo profesor que le presta ¡un libro!, una jubilada que le ayuda en momentos de necesidad y un par de jóvenes que serán su interés amoroso.

Conforme leía el texto me di cuenta de que ese futuro no es tan lejano a nuestra realidad y me pasó como cuando estaba leyendo El cuento de la criada a ratos me daba miedo. Supongo que eso es una virtud del escritor: crear un universo tan real, que asusta.

Lo que no me queda claro es qué tan apto es para los pubertos, quizá para los que han tenido más contacto con otras obras literarias que para los principiantes.



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