August es un niño que tiene una malformación genética que hace que su cara tenga muchas peculiaridades. Eso lo ha llevado a tener una vida poco común. su madre le da clases en casa pero llega un momento en el que tiene que entrar al mundo y deciden que entre a una escuela "normal". Obviamente muchas cosas no salen como esperaban, pero el final feliz hace que todo valga la pena.
El mensaje principal de no juzgar a nadie por su apariencia puede eclipsar a los demás, que no son menos importantes: la amabilidad como motor para actuar, ser tú mismo a pesar de todo, el amor incondicional de la familia.
Los personajes secundarios son muy simpáticos y mi favorito es Olivia, la hermana mayor de August: una puberta que también está pasando por momentos difíciles de adaptación y sin embargo debe hacerse a un lado para que su hermano reciba toda la atención que requiere. Sin embargo, deberá también aprender a hacerse escuchar y darse cuenta de su propia importancia.
Para variar en un libro juvenil, los adultos están en su justo medio: ni son tontos que no se enteran de nada ni son entrometidos que no dejan a los niños ser niños. Tanto los papás de August como los profesores gozan de un equilibrio difícil de conseguir.
Muy recomendable en especial para los pubertos con problemas de adaptación y timidez.
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